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Reflexiones de Mònica Bernabé

Yo no tendría ninguna duda

Recibí un email de Adela Muñoz en marzo de 2008. No la conocía de nada y, cuando leí su mensaje, pensé que tal vez se trataría de una broma o que cambiaría de opinión. Que donde decía digo, pronto diría diego.

Adela contactó conmigo porque yo presidía la Asociación por los Derechos Humanos en Afganistán (ASDHA) y ella pretendía donar a nuestra organización la dotación económica que había ganado al ser galardonada con el Premio de Divulgación Feminista Carmen de Burgos, de la Universidad de Málaga, por un artículo publicado en 2007. Se trataba de una cantidad de 600 euros, que Adela deseaba que ASDHA destinara a ayudar a las mujeres afganas.

Adela no sólo no cambió de opinión, sino que después se convirtió en una de las socias más activas de ASDHA y también llegó a formar parte de su junta directiva. Siempre estaba dispuesta a ayudar, incluso para encargarse de las tareas más ingratas, como realizar largas traducciones de textos del español al inglés para la página web de la asociación. Nunca tenía un ‘no’ como respuesta y lo más agradecido: no le faltaba iniciativa.

“¿Qué te parece si organizamos una conferencia en la Facultad de Comunicación?” o “no te preocupes, yo me encargo de hacer gestiones para conseguir dinero”, me decía Adela en sus emails. No paraba de cavilar propuestas para dar a conocer en Sevilla la dramática situación de las mujeres afganas, y tampoco tenía reparos en llamar a las puertas de quien hiciera falta para conseguir fondos para financiar proyectos sobre el terreno, en Afganistán. Porque sin dinero, es imposible cambiar la realidad allí, y Adela era completamente consciente de eso.

A menudo me sorprendía su constancia. ASDHA convocaba una reunión de su junta directiva en Barcelona, y allí estaba Adela. Viajaba expresamente a la capital catalana para asistir al encuentro. En otras ocasiones, seguía las reuniones por skype: discusiones larguísimas sobre aburridos temas administrativos o de estrategia, que podían durar horas.

En 2014 ASDHA tuvo que paralizar sus proyectos en Afganistán a causa de la falta de fondos y por los riesgos para su personal debido a la cada vez mayor inseguridad en el país. La asociación continúa existiendo pero su actividad sobre el terreno se ha reducido a casi la nada.

El pasado verano convocamos una nueva reunión de la junta directiva en Barcelona. Asistieron cuatro personas y Adela era una de ellas. Votó por mantener viva la organización y se ofreció a trabajar para reactivarla. Aunque Afganistán ya no esté en boga, ni aparezca en las noticias, ni le interese a casi nadie, Adela mantiene intacto su compromiso y su tesón, independientemente de modas pasajeras. Si tuviera que votar en la Universidad de Sevilla, yo no tendría ninguna duda de por quién lo haría.

Mònica Bernabé

Corresponsal en Afganistán para El Mundo durante siete años y presidenta de la Asociación por los Derechos Humanos en Afganistán (ASDHA)

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